De niño tengo una anécdota con mi madre que ha hecho pauta en mi vida presente, no me gustaba para nada dibujar flores ni plantas pero ella insistía que quería pinturas de ramos de flores para decorar la casa y yo me obligaba ha pintarlos hasta que aprendí a verle lo bonito a la plantas y hoy en día es una de mis características mas notorias en las obras que hago.
Las plantas por si solas tienen un ambiente muy positivo que se ajusta a las frases que escribo y le dan esa profundidad para que el mensaje llegue a otros afectando de buena manera así como lo siento yo en el momento de interiorizar la frase y que es el fin real el que busco. Aunque debo confesar que para el placer es doble, mientras escribo la frase y cuando dibujo/pinto.